Nuestro descubrimiento del pastor ruso
El Youjak es una raza muy rara en Francia. Sólo unos pocos ejemplares se muestran al público en las exposiciones caninas. Una camada tuvo lugar en 1991, otra en 1995 en casa de Madame Ducret en Sologne.
En marzo de 2000, nacieron tres bebés en nuestro criadero, Les Youjaks de Crimée : Rimsky, Raïssa y Russia-Kalinka. Sus padres eran Lapcha, una magnífica hembra campeona de Francia, y Jiarko, un macho importado de Alemania. Este fue el inicio de nuestra cría. Hoy, a pesar de su desaparición, permanecen en nuestra memoria y en nuestros corazones.
El tiempo ha pasado y ahora tenemos dos pastores rusos. Todos ellos están registrados en LOF y tienen pedigrí.
Vjuga Balandis (Minna) es una hembra que llegó a nuestra casa en circunstancias especiales: originaria de Lituania, había sido acogida en un refugio cerca de Berlín, donde fuimos a buscarla. Se adaptó rápidamente a su nueva familia. Vjuga es dulce, tierna y muy tímida. Tuvo crías en 2012 y 2013. Es una excelentecuidadora.
Gorby es hijo de Vjuga y Ranek. Es un macho muy guapo, nacido el 31 de diciembre de 2011. Al igual que su padre, es alto y se desarrolla armoniosamente. Su carácter es estable y muy amable. Es muy cariñoso.
Nuestros pastores rusos protegen el territorio y cuidan de la familia. Alternan momentos de relax y juego con largas siestas. Pero siempre están alerta, listos para intervenir a la menor señal. Nuestros pastores rusos viven fuera todo el día, y luego vuelven a casa para compartir nuestra vida familiar.
Cuando pasean al aire libre, son muy sociables, se dejan acariciar y admirar.
Criarlos y verlos crecer es emocionante.
Por desgracia, siempre hay dificultades, ligadas a la escasez: ¿cómo encontrar un semental evitando al mismo tiempo los problemas de endogamia? Por lo tanto, es inevitable recurrir a perros que viven en el extranjero.
Sin embargo, la adquisición de un Pastor Ruso no debe ser una excepción, con el único objetivo de coleccionar trofeos: la búsqueda de la rareza nunca debe realizarse en detrimento del desarrollo de la raza. Por eso no es inútil afirmar que no es el "perro para todos": su autenticidad, su temperamento y su educación no admiten ni la brutalidad, ni la sumisión total, ni mucho menos la "robotización".
Del mismo modo, debe llevarse a cabo un riguroso proceso de selección: los sujetos con displasia de cadera deben ser excluidos de la cría.
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